Este chicle de resina de abedul datado en una antigüedad de entre 5.858 y 5.660 años conserva el ADN de Lola, la chica que lo mascaba según publica según la investigación publicada en Nature Communications.
Los investigadores han podido determinar que se trataba de una mujer que era morena de cabello y piel y de ojos claros a la que han dado en llamar Lola. Los autores del estudio han podido identificar que la chica pertenecería a algún grupo de cazadores-recolectores que aún no había entrado en la nueva era del Neolítico europeo.
El análisis del chicle también ha permitido encontrar diferentes tipos de bacterias algunas de las cuales indican que la mujer tenía una seria periodontitis (pérdida de hueso que sin soporte óseo al diente) lo que reforzaría el uso del chicle como calmante, ya que la brea de abedul además de utilizarse como pegamento en la fabricación de herramientas de piedra, también se utilizó para aliviar el dolor de muelas, por sus propiedades antisépticas y antibacterianas.
La notica también se ha podido leer en varios medios de prensa como en Elpaís o cienciaplus.
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